SANTORINI


Santorini es, en esencia, lo que queda de una enorme explosión volcánica que destruyó los primeros asentamientos existentes, haciendo desaparecer gran parte del territorio de la antigua isla y provocando la creación de la caldera geológica actual. Su espectacular belleza, junto con una animada vida nocturna, la han convertido en uno de los principales destinos turísticos de Europa. Sus construcciones tienen un aspecto oriental, con casas blancas y marcos de ventanas y puertas en azul, como se pueden encontrar en las costas de Marruecos o Túnez. Por otra parte, también se han formulado reproches contra el carácter desordenado y excesivo de su desarrollo urbanístico reciente.

Una gigantesca laguna central, más o menos ovalada, de unos 12 km de longitud y 7 km de anchura, está rodeada por tres lados por altos acantilados de unos 300 metros de altura. Las pendientes de la isla descienden desde lo alto del acantilado hasta el circundante mar Egeo. En el cuarto lado, la laguna está separada del mar por una isla mucho más pequeña llamada Therasia; la laguna se une al mar por dos sitios, al noroeste y al sudoeste. Las aguas en el centro de la laguna tienen una profundidad de unos 400 metros, haciendo así posible la navegación de todo tipo de buques. Los puertos de la isla están todos en la laguna, y la capital, Fira, cuelga de lo alto del acantilado, sobre la ladera que desciende hasta la laguna.

Es el centro volcánico más activo del arco volcánico del sur del Egeo, si bien lo que hoy en día queda es realmente una caldera inundada. En la isla tuvo lugar una de las mayores erupciones volcánicas de la prehistoria reciente, la cual ocurrió hace aproximadamente 3500 años. Investigaciones recientes sitúan tal fecha en el año 1627 a. C. La erupción dejó una enorme caldera rodeada por depósitos de ceniza volcánica y, según algunas teorías, pudo haber causado indirectamente el colapso de la civilización Minoica de la isla de Creta, situada 110 km al sur, causando un gigantesco maremoto. Otra teoría sostiene que la erupción de Thera podría ser la inspiración principal de la leyenda de la Atlántida.

Su punto culminante es el Profitis Illas, de 550 m. Se trata de un pequeño volcán con una pequeña caldera.

Los barcos atracan por regla general a los pies de la ciudad de Firá, capital de la isla que comparte el mismo estílo arquitectónico que su vecina Ía, con infinidad de blancas casas, iglesias de cúpulas azules, tiendas donde venden la artesania local, repleta de galerias de arte, y bares, restaurantes y hoteles, desde donde podremos deleitarnos con la comida típica griega o tomar una bebida, mientras contemplamos un paisaje que nunca olvidaremos. 

El ascenso hasta la villa de Firá, cuando se llega en barco, se realiza por un encrespado camino que bordea la caldera y, por el cual solamente se tiene acceso a pie o a lomos de un burro, el verdadero peligro para los viandantes, ya que descienden a velocidades vertiginosas, y en muchos casos rozando la barandilla.

Otro opción, en la actualidad es llegar a la cima a través del funicular, pero yo recomiendo el descenso a pie, es una experiencia única.

La imagen de Santorini es Ía, pero sin lugar a dudas la imagen más conocida de Grecia, y que aparece en todas las publicaciones turísticas son las que podemos captar en estas dos ciudades. Sus construcciones son una mezcla de las kapetanea, que en la época veneciana eran las viviendas típicas de los capitanes, mientras que las casas que habitaban el resto de la población estaban excavadas en las ladera.

Caminando por sus calles nos encontraremos infinidad de imágenes que querremos captar con nuestros ojos y, con nuestra cámaras, blancas iglesias de cúpulas azules, callejuelas empinadas y si el horario de partida del barco os lo permite, su puesta de sol.

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